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Subasta del Estadio Unión: “Hay indicios para pensar que hay un interés que no es el bien común sino el personal”

Carlos González es uno de los vecinos que se opone a la cesión del estadio barranquino. En esta entrevista explica la historia del estadio y las razones de su oposición.

Publicado: 2018-02-03

Carlos González es un joven abogado que se dedica a labores de docencia e investigación. Dice que no le gusta litigar, que cree que es en la investigación donde está el campo para hacer progresar un poquito más las ideas. A pesar de su afirmación no elude la contienda y junto a un grupo de vecinos de Barranco forma parte del Colectivo de Lucha en Defensa del Estadio Unión, una agrupación cuyo primer embrión fue la reivindicación de la Playa de los Yuyos como espacio público frente a la intención de instalar en ella un restaurante y otros espacios recreativos de carácter privado. Ahora el grupo mantiene su formación para garantizar el uso de las canchas del Estadio Unión a los vecinos del barrio como viene sucediendo desde los años cuarenta en que los terrenos sobre los que se asienta fueron adquiridos por una colecta entre los propios vecinos, eran los tiempos del alcalde Montero Bernales.

Carlos proporciona el relato de la situación por la que pasa en estos momentos el estadio tras la concesión de su explotación durante un periodo de 25 años en pública subasta a puerta cerrada.


¿Cuál es la historia del Estadio Unión?
Se le llama estadio pero en realidad no existe la construcción de un estadio propiamente dicho, son canchas deportivas con algunas tribunas, vestuarios y baños. Nace con la participación de los vecinos en la época del alcalde Montero Bernales (1940-1947) que contribuyen a través de un tributo avalado por la Ley Barranco que propone que los vecinos del distrito aporten una cantidad de dinero para comprar predios y que éstos puedan servir a nivel deportivo. De esta manera el distrito de hace de algunos terrenos entre los que están los del Estadio Unión que tenía de manera original 39.000 metros cuadrados y eran tres canchas deportivas. En los años setenta hubo un terremoto y un colegio que había quedado destruido se instala en la tercera cancha, en un primer momento con carpas hasta que en 1975 a través de un acuerdo de Consejo Municipal se legitima la estadía de este colegio que hoy en día es el Centro de educación Especial Laura Alva Saldaña, de forma que el terreno de la tercera cancha pasa ser propiedad del Ministerio de Educación. Con esta amputación de terreno el Estadio Unión queda con su actual superficie que no está claro si son 25.000, 26.000 o 28.000 metros cuadrados. Esta diferencia es importante porque podría permitir a la empresa concesionaria aprovechar esas diferencias para hacerse con unos terrenos de gran valor en el mercado.
¿Y cuál es la situación registral del Estadio?
El estadio pertenecía a Barranco pero estaba en terrenos de Surco. Con la regente Jessica Vargas se resuelve la jurisdicción en el distrito de Barranco, pero los terrenos siguen sin estar inscrito de manera correcta en registros públicos, ¿cómo sabemos que somos propietarios entonces? Porque en el año 2001 hay una sentencia de la Corte Superior de Lima que certifica que el propietario es el Municipio de Barranco. Así que no somos propietarios por título pero sí por sentencia.
¿La falta de inscripción en los registros públicos no condiciona la cesión del Estadio?
No. Aunque parezca aberrante la norma nos dice que la inscripción en registros públicos es sólo un acto de publicidad y la no inscripción en la Superintendencia de Bienes Nacionales (SBN) no impide que se pueda concesionar e incluso vender. Nosotros fuimos a la SBN el 10 de enero y conversamos con el propio superintendente, y nos explicó que la inscripción en el registro es opcional y no obliga al distrito. Por otra parte las preguntas del SBN dirigidas al Municipio al respecto no han obtenido contestación.
Llama la atención la falta de interés sobre el Estadio en su larga historia
Nosotros pensamos que la falta de jurisdicción y propiedad sobre el terreno es lo que impidió cualquier proyecto anterior. Esto cambia con Jesica Vargas tras obtener la jurisdicción a favor de la Municipalidad. Durante su ejercicio (2010-2014) presentó un plan de construcción de un edificio de servicios en una de las canchas, con la habilitación de la cubierta para fines deportivos de manera que no se perdía espacio. La obra contaba con presupuesto de la Municipalidad Metropolitana a cargo en ese momento de Susana Villarán, pero no se supo explicar, no se consultó y chocó con la oposición de los vecinos. En 2009 el propio Antonio Mezarina presentó otro proyecto de construcción de un nuevo polideportivo y un policlínico en asociación con la Universidad Alas Peruanas que tampoco llegó a buen término. En cualquier caso todos estos años el estadio careció de mantenimiento justificado en la falta de presupuesto, justo cuando Barranco pasa por su mejores momentos, no hay más que pasear por el malecón y observar el nivel de las viviendas de construcción reciente.
¿Cómo llegamos a la situación actual?
Hay una fecha clave, el 17 de abril del año pasado en la que aparece en la agenda del Consejo Municipal la posibilidad de poner en concesión el Estadio Unión. Yo acudo a esa sesión del Consejo y en ella se argumenta que no existen los recursos para mantener el estadio y que la única posibilidad que existe es establecer una alianza estratégica entre la Municipalidad y el sector privado para encontrar una solución de inversión, de forma que se aprueba el inicio de proceso en vista de una concesión. Pasa el tiempo y llegamos al mes de diciembre en el que el día 9 aparece en el Peruano el anuncio de subasta pública. Nosotros hemos sabido a posteriori que la Municipalidad hizo una consulta a Bienes Nacionales en junio para saber si la no inscripción era un impedimento para concesionar un predio de uso público, sin especificar que fuera el Estadio Unión. El anuncio en el diario oficial fue el que desencadenó la acción de dos grupos que de forma espontánea e independiente empiezan a actuar, uno buscando apoyos en el Congreso y el otro con acciones de calle. Finalmente nos unimos en un único grupo y es en el momento en el que nos encontramos.
Llegamos entonces a la celebración de la subasta
Pero antes de la subasta me gustaría recordar que un año antes, en diciembre del 2016, una empresa, Polideportivo S.A.C. envía una carta a la Municipalidad manifestando su interés por invertir en el Estadio Unión, a raíz de esta carta se activan todas las gerencias y subgerencias de la municipalidad, deportes, cultura, secretaría general, jurídica… para desarrollar un informe sobre si es factible o no ponerlo en concesión. Los argumentos que dan son paupérrimos, muy básicos y en sentido afirmativo. Esto dio pie a la inclusión en la agenda del Consejo del 17 de abril, y Polideportivo S.A.C. se presenta a la subasta. Nosotros estábamos convencidos de que se llevarían la adjudicación. Sin embargo Polideportivo, igual que los otros grupos que compraron las bases para presentarse a la subasta, se cayó en el proceso y ninguno de los seis llegó a poder pujar ya que el 28 de diciembre, en la apertura de sobres, tan sólo quedó hábil para seguir compitiendo Mega Eventos S.A.C., una empresa constituida el 28 de noviembre de 2016 y cuyo gerente es Juan Pedro Guevara Protcel y que se consorcia con otras dos empresas, Sportec Club y Pelotera Fútbol Club formando el Consorcio Unión Barranco con un capital social entre las tres de S/16.000 soles. Este es el consorcio que gana la buena pro.
Ahora sí, llegamos al cinco de enero en que se debería haber realizado la primera subasta.
Así es, el día cinco el acto que fue realizado públicamente en la Biblioteca de Barranco no pudo realizarse porque el notario se retiró al observar la protesta de parte del público asistente, entre los que se encontraba el congresista Jorge del Castillo que participó dando a conocer a la comisión porque debería ser paralizada la subasta.
El 11 de enero sí se celebra y se hace además con disturbios.

La primera falta del acto fue el haberlo hecho sin publicidad. Una vez planteado cambia de horario y se celebra en una sala de escasas proporciones en la segunda planta de la municipalidad mientras en el lobby el serenazgo y funcionarios municipales se enfrentan a los vecinos y bloquean los accesos impidiendo su presencia en la subasta y la de los congresistas, Marisa Glave y Jorge del Castillo. Todo está registrado en imágenes y varios medios de comunicación lo reprodujeron. Como consecuencia de ello nos han denunciado penalmente ante la fiscalía por impedimento y perturbación de la reunión pública, extorsión, daño simple y violencia contra la autoridad, acusaciones muy graves que no se sustentan y sólo pretenden asustarnos para que desistamos de nuestra oposición.


¿Qué está pasando mientras en la segunda planta?
El congresista Del Castillo llegó a ingresar y a grabar con su celular cuando se concedió la buena pro, a las 3 comenzó y a las 3:30 sonó el martillo que indicaba el fin del acto. Entre los presentes está la representante de la Contraloría que no dejo de hacer hincapié en las observaciones que ha hecho dicha institución y solicita que el proceso se paralizase por dichas observaciones tanto de forma como de fondo, relacionadas con la publicidad del acto, el saneamiento, el metraje… y el presidente de la comisión rechaza la solicitud argumentando que no son más que comentarios de Contraloría y que serán subsanados.
¿En qué situación se está actualmente?
El contrato aún no se ha firmado, por lo tanto no sabemos con exactitud cuál va a ser el modelo de explotación que se va a seguir, tan sólo tenemos los indicios de los establecido en las bases de la subasta que obligan como un precontrato. En las bases no figuran horarios de uso, establecerlos implicaría un derecho para un uso privado en unas horas como contrapartida al uso público de lo construido con capital privado. Esto nos preocupa porque al no figurar los horarios en las bases es un elemento de desprotección de los vecinos hacia el uso público. Una vez firmado el contrato tendría fuerza de ley y estaría por encima de las ordenanzas municipales debido a la jerarquización de las leyes, de manera que el contrato que firmen el alcalde Mezarina con el Consorcio Unión Barranco, aun siendo contrario a los intereses de los vecinos, no podrá ser revocado por ninguna futura corporación municipal.
¿Qué otros aspectos veis de riesgo en esta concesión?
No queda claro como el consorcio va a rentabilizar su inversión. Se prevé un uso deportivo y cultural del espacio. Lo deportivo está bien definido, pero en lo cultural el abanico puede ser mucho más amplio e incluir todo tipo de actividades. Otro riesgo es que la precariedad que existe en relación al registro del terreno y al metraje del terreno hace que no se pueda descartar la posibilidad de que un intento por parte del consorciado de atribuirse la propiedad de parte o toda la cancha Unión pudiera tener éxito.
¿Qué medidas habéis tomado más allá de la protesta en la calle?
Las etapas que vienen son más complicadas y pasan necesariamente por una judicialización. El primer elemento es insistir con Contraloría, aunque lo máximo que pueda hacer sea transmitir sus observaciones a la Fiscalía. Además un grupo de vecinos presentó una denuncia a la Fiscalía de Prevención del Delito, todavía no se había consumado el acto, y Prevención del Delito transmite el 4 de enero a la Fiscalía, de manera que ya existe una denuncia en la 37 Fiscalía Penal Provincial de Lima.
Se os acusa de estar en contra del progreso de barrio y de usar el Estadio Unión para fines políticos.
Nada nos gustaría más que el Estadio Unión fuera renovado y contara con todos los elementos de modernización que son muchos tras más cuarenta años de abandono. De hecho, el congresista Del castillo presentó el 15 de diciembre una propuesta de la Federación Peruana de Fútbol para invertir en el estadio. Como vecinos no es que defendamos esta posibilidad, lo que pensamos es que existen otras posibilidades, la concesión no debería ser la primera de las soluciones a un estadio que se cae a pedazos, sino la última. Igual que una empresa puede obtener beneficios con la explotación del estadio ¿porque no puede hacerlo la misma Municipalidad para apoyar otras necesidades del distrito?, aunque parezca muy cándido sí se podría hacer. Respecto a la acusación de uso político lo que podemos decir es sólo somos un grupo de vecinos preocupados por garantizar que los espacios públicos sirvan al beneficio de todos. En este sentido lo que nos preocupa es el sistema de normas a nivel de gobiernos locales que dan un enorme poder al alcalde para poder disponer de estos espacios públicos a través de la Ley Orgánica de Municipalidades y de las leyes de promoción de las inversiones.
Ante todo esto ¿Crees que hay intereses particulares en la administración municipal?
Creo que en el caso particular de la cancha Unión hay demasiados indicios para poder pensar que si las cosas no se están haciendo por un vía correcta y en oposición a diferentes instituciones es porque hay un interés subalterno que no es el bien común sino el personal. Más allá del caso, si observáramos el incremento del patrimonio del alcalde veríamos que está lejos de corresponder al sueldo de un alcalde que son 6.000 soles, 72.000 soles al año. Inteligencia Financiera debería ser la que determinara si hay o no hay corrupción.
No quiero dejar pasar la ocasión antes de finalizar de pedirte una valoración del crecimiento que se observa en el entorno del Estadio Chipoco con la construcción de nuevas edificaciones en altura de gran capacidad habitacional. ¿Está preparado el distrito para este crecimiento?
No, somos un distrito que carece de áreas verdes per cápita, al aumentar la población dentro del distrito se aumenta esta carencia. No se trata de no crecer, pero se debería hacer con un plan que no existe en estos momentos. Súmale los parqueos, los accesos, las infraestructuras sanitarias… definitivamente este tipo de crecimiento no va a añadir más que tensión al barrio. Por otra parte, Barranco es un barrio con vida, cada calle, cada bodeguita, cada comercio tiene una historia. El patrimonio cultural inmaterial está en riesgo frente a un proceso de gentrificación. Si tú sustituyes casas por edificios, mercados por supermercados, parques por centros comerciales desnaturalizas completamente el alma y la vida del distrito.

Escrito por

Juanjo Fernández

Fotoperiodista freelance interesado en temas de carácter social, medioambiental y cultural.


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